Einstein envió a Annalen der Physik, la
principal revista alemana de física, un artículo con un
nuevo concepto de la estructura de la luz. En él
argüía que la luz puede actuar como si estuviera formada
por partículas de energía, discretas e independientes, de
forma similar a las partículas de un gas. Unos pocos años
antes, el trabajo de Max Planck ya contenía la primera
sugerencia de discontinuidad (discretitud) de la energía, pero
Einstein fue más allá. Su propuesta revolucionaria
parecía contradecir la teoría, universalmente aceptada,
de la luz como ondas electromagnéticas suavemente oscilantes.
Pero Einstein mostró que los cuantos de luz, como él
llamó a las partículas de energía, podían
ayudar a explicar fenómenos que estaban siendo estudiados por
los físicos experimentales. Por ejemplo, explicó como la
luz arranca electrones de los metales.
La Annalen der Physik recibió
otro artículo de Einstein. La bien conocida teoría de la
energía cinética explicaba el calor como una consecuencia
del movimiento continuo de agitación de los átomos;
Einstein propuso una forma de someter a la teoría a una nueva y
crucial prueba experimental. Él decía que, si en un
líquido se suspendían partículas muy
pequeñas pero visibles, el bombardeo irregular de éstas
por los átomos invisibles del líquido debería
producir que las partículas suspendidas efectuaran una danza
agitada y al azar. Justamente tal danza aleatoria de partículas
microscópicas había sido observada hacía tiempo
por biólogos (era llamado el “movimiento Browniano” y era un
misterio sin resolver). Ahora Einstein explicaba este movimiento con
detalle. Además había reforzado la teoría
cinética y había creado una nueva y poderosa herramienta
para estudiar el movimiento de los átomos.
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Einstein en la oficina de
patentes.
Einstein
descubrió los cuantos de luz teniendo en cuenta los expermientos
con partículas descubiertas sólo unos años antes.
Vea en la Web, El descubrimiento del
electrón. 
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